miércoles, 28 de noviembre de 2012

Juan de Beaucaire y Montalvo: maestro de bailes españoles

Cuando uno se encuentra con artistas como el de hoy, se reafirma en la idea de cuan inmenso es el flamenco en particular, y los aires nacionales en general. ¿Cómo es posible que un personaje que gozó en su época de popularidad como maestro de bailes españoles sea actualmente un completo desconocido? Vayamos por partes.

Colección Carlos Martín Ballester

Juan de Beaucaire y Montalvo gozó de la amistad de figuras como Amalia Molina o Carmen Amaya, estableciendo una academia de bailes españoles en la octava planta del Carnegie Hall de Nueva York (nada menos), donde formó a numerosos pupilos que desarrollaron sus propias carreras en Norteamérica a partir de los años treinta del pasado siglo:

Foto: Literary

En dicha academia impartía clases con el acompañamiento pianístico de Emilio de Torre, el que fuera pianista de Encarnación López Júlvez La Argentinita o María Tubau.

Eleanor Fairchild Cadwallader, en su obra A Pot for Every Lid rememora aquellas clases:

"... Primero nos sentábamos y practicábamos con las castañuelas. Él mismo nos vendió verdaderas castañuelas procedentes de España. Y aprendíamos meticulosamente los ritmos y las técnicas. A continuación era el turno de practicar la técnica de pies. Más tarde, nos dedicábamos a la postura, la cabeza y los movimientos de brazos. Finalmente aplicábamos todo esto a algún estilo de baile y lo practicábamos..."

Otra interesante visión es la que proporciona Amy Bowring en su artículo en la revista Dance Collection Danse acerca de Conchita Triana, otra alumna de Beaucaire:

"... Su colección (la de Conchita Triana) proporciona una fascinante serie de cartas de Montalvo en las que va informando de las noticias acerca de otros alumnos del estudio. Aún más interesantes son sus comentarios acerca de la Segunda Guerra Mundial, antes y después de la intervención de los EEUU. Él es un leal patriota (norteamericano) y es fascinante leer el enfoque de los acontecimientos mundiales desde la perspectiva de un ciudadano medio..."

Al parecer, a causa de ciertos problemas cardiacos, falleció en 1944 en la ciudad de Nueva York. Según su amiga La Meri, aumentó de peso desde que se retiró profesionalmente, a lo que se sumó que nunca quiso renunciar al vino, al tabaco y al baile, tal y como le recomendaba su médico: ¿Cómo? Sin esto es como si uno no viviera...

lunes, 26 de noviembre de 2012

Joyas discográficas de Manuel Escacena

De todas las series de grabación que realizó el sevillano Manuel Escacena, a saber...

... la serie "h" del sello Zonophone registrada en 1908 con el acompañamiento guitarrístico de Salvador Román...


                                                   Colección Carlos Martín Ballester

... la serie "y" de Zonophone de finales de ese mismo año (20 de diciembre) y con idéntica guitarra (salvo la saeta)...

                                                   Colección Carlos Martín Ballester

... la que grabó pocos años después en Odeon junto al guitarrista Pepito Cilera...

                                                   Colección Carlos Martín Ballester

... y por último, la que realizó en el ocaso de su carrera para la compañía Gramófono con la guitarra de Miguel Borrull...




Colección Carlos Martín Ballester

... como decía, de todas ellas, siempre me ha llamado la atención que esta última serie no haya recibido elogios unánimes: un concepto de cante tan exquisito, en el que se encuentran hermanados el virtuosismo más depurado y la herencia flamenca de toda una vida, debería encontrarse entre los hitos más destacados de nuestro género.

El Heraldo de Madrid, 21 de marzo de 1928

Resulta emocionante imaginar a Manuel Escacena García instalarse en el estudio de la compañía Gramófono el sábado 10 de septiembre de 1927 dispuesto a registrar esta serie de diez cantes (por orden de grabación):

Tarantas Decían con salero y garbo
Tarantas Era de Lorca
Tarantas Era de tu anhelo (etiquetadas como Cartageneras)
Fandanguillos Se cura tu enfermedad
Fandanguillos Una azucena sembré
Soleares Por tí abandoné a mis niños
Milonga Juan Simón (etiquetada como Juan Simón)
Vidalita En mi triste rancho
Guajiras Mulata nunca pensé
Fandanguillos Está llena de terrones

Así, de una tacada, el mismo día, sin edición, empalmes o cortaypegas, apenas nueves meses antes de fallecer en Madrid a los 42 años de edad.

Escuchemos su vidalita:


Una de sus tarantas:


Y el último fandanguillo impresionado, que sirvió para cerrar su producción discográfica:


Para aquellos interesados en su vida y obra, recomiendo la biografía realizada por Manuel Bohórquez en 1997 (Manuel Escacena 1885-1928, Viaje a la memoria de un clásico del cante sevillano), así como la reedición de parte de su obra discográfica por la compañía madrileña Sonifolk en 1998 (Manuel Escacena, Un maestro del cante).

lunes, 19 de noviembre de 2012

La "dieta" Gramófono


Así se anunciaban los gramófonos portátiles de La Voz de su Amo, en septiembre de 1931...


300 pesetas y ganas de bailar, para qué más...

miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿Quién fue Guillermo Cotolo?

El Café de Fornos en 1908 (Urban Idade)

Guillermo Cotolo fue uno de tantos guitarristas que se buscaron la vida en los cafés cantantes de Madrid hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX, y al que la flamencología oficial no ha prestado atención en el último siglo: como si no hubiese existido.

Lo encontramos en el Eden Concert de la calle Atocha, acompañando a la Señorita Brígida, "célebre cantadora de malagueñas", en junio de 1906:

El País, 24 de junio de 1906

A las pocas semanas aparece en Segovia, junto a Sebastián Muñoz Gayarre Chico :

Diario de Avisos, 13 de agosto de 1906

En esta curiosa nota, adelantada unos días atrás por Alberto Rodríguez, encontramos una extensa descripción de lo acontecido, relatando el cronista una serie de interesantes detalles respecto a la forma de cantar y tocar.

A comienzos de 1909 nos encontramos al guitarrista en la bella Alcalá de Henares junto a Antonio Cordero El Diana, cantaor destacado de la escena madrileña de comienzos de siglo, el cual llegó a realizar grabaciones en cilindros fonográficos, así como una interesantísima serie de placas para la casa Zonophone el 20 de diciembre de 1908:

Colección Carlos Martín Ballester

Y a finales de ese mismo año, vuelve a aparecer en Madrid, esta vez acompañando al (absurdamente denostado) Antonio Pozo El Mochuelo :






El Imparcial, 22 de noviembre de 1909


lunes, 12 de noviembre de 2012

Granada y sus niños cantaores

Vista de la Alhambra (spain.info)

A petición de un grupo de excelentes aficionados (Andrés Raya, Alberto Rodríguez, Chuscarrao, José Muñoz y otros), voy a intentar aclarar la cuestión de los diferentes niños de Granada que han existido, y sobre todo, quién o quiénes llegaron a realizar grabaciones en discos de pizarra (78 rpm). Aquel lector que desee ponerse en antecedentes, le recomiendo que visite las diferentes entradas que Andrés Raya ha realizado en su estupendo blog (Tras las huellas del Niño de Granada), al igual que Alberto Rodríguez en su blog Flamenco de papel, así como lo debatido en este foro.

A lo largo de los años, han sido varios los artistas que han ostentado este nombre artístico: Miguel Milena, Antonio Márquez, Eduardo Toledo, Miguel López, etc. Por otro lado, en las reediciones discográficas que se han venido realizando hasta la fecha han ido apareciendo algunos cantes en los que se señala que fueron grabados originalmente en discos de pizarra por el Niño de Granada. Con carácter previo, hay que ir aclarando que a día de hoy tan sólo tengo noticias de que grabaran dos niños de Granada en discos de 78 rpm, uno en 1913, y el otro tres décadas más tarde. Me centraré más adelante en ambos intérpretes, pero antes haré una breve presentación de los tres primeros.

Conocemos bastantes datos de la vida artística de Miguel Milena Rosales, el cual era anunciado como el "afamado y notable cantador de flamenco". Son numerosas sus actuaciones en muy diversos escenarios, así como interesante su polémica respecto al Concurso de Granada de 1922.

Antonio Márquez fue un cantaor que se asentó en Cartagena, participando en la vida flamenca y falleciendo en accidente de moto en 1926 cuando regresaba desde Murcia, tal y como me documentó Pedro Fernández Riquelme un par de años atrás.

Sabemos a través de Arturo Fernández que Eduardo Toledo tiene actualmente unos 68 años, y que al parecer se retiró del cante de jovencito al cambiarle la voz. Por lo tanto, debió nacer en torno a 1944, de ser ciertos estos datos.

Miguel López López, también conocido como Miguelillo el de las Saetas, acompañó a Juanito Valderrama por diferentes escenarios, justo cuando el de Torredelcampo comenzaba a dar sus primeros pasos como empresario. En aquella época uno de sus guitarristas habituales era Bernabé de Morón, el cual acompañó a Valderrama en sus grabaciones de estudio, al igual que a Miguel López.






Este disco, cuyo acople eran unos fandangos (La ví que entraba en la iglesia), se grabó a finales de 1943 y salió a la venta en el suplemento de novedades de febrero de 1944.

Llegados a este punto, ahora toca responder a la pregunta sobre quién grabó los discos de Regal y Columbia en 1913.

Antonio Martínez Camacho, también conocido por El Camacho, fue uno de tantos cantaores que marcharon a Sudamérica a probar suerte y dar un giro a su vida. Eduardo Molina Fajardo hizo una breve semblanza en su imprescindible El Flamenco en Granada :

"(...) era corredor de fincas, luego se marchó a América y desde Brasil llegó un disco suyo con cantos a estilo de La Niña de los Peines. De regreso a su tierra fue camarero en el Último Ventorrillo y cantaba con voz grande, terrible, granaínas y malagueñas, preferentemente estas últimas con el estilo de Enrique el Mellizo:

Como moro soy más moro,
como cristiano, más cristiano,
como bueno soy más bueno,
y como malo, ¡soy más malo que el veneno!

Y también soleares siguiendo la manera del Portugués:

Tengo un pocito en mi casa
que su manantial tenía,
que a la par que crece el agua
crecen las duquelas mías.
Tengo un pocito en mi casa
que su manantial tenía."

Parece escasa la información que aporta Molina Fajardo acerca de El Camacho (así lo cita en el índice onomástico), pero es trascendental si cruzamos estos datos con los registros originales que la casa Columbia (y su hermana Regal) realizó en Argentina en 1913.

Antes de proseguir analizando esta cuestión, es interesante detenerse en la letra por malagueñas mencionada, la que solía interpretar por el estilo del Mellizo, la del Moro. Algunos aficionados recordarán habérsela escuchado a un granadino ilustre, Enrique Morente, probablemente por fandangos, pero muchas décadas atrás, tuvo cierto éxito como letra de malagueñas, siendo uno de su máximos divulgadores Manuel Fernández El Garrido de Jerez desde que la grabara para el sello Zonophone el 18 de diciembre de 1908. No es un dato menor, puesto que dicha letra apenas se llevó a los estudios de grabación. Retomaremos este tema más adelante.

A continuación explicaré las razones que me llevan a la conclusión de que Antonio Martínez Camacho es el Niño de Granada que grabó a comienzos del siglo XX.

En dichas grabaciones americanas hallamos un cantaor de voz recia, de pocos adornos ("... cantaba con voz grande, terrible..."). Entre los cantes registrados, nos encontramos un Garrotín en el que se aprecian claras influencias de la Niña de los Peines (Si yo lo hubiere sabido...) o del propio Garrido de Jerez (No me tires indiré...). Sucede lo mismo en las Peteneras (Niño que en cueros... / Yo no creo ni en mi mare...), donde vuelve a acordarse del genio de Pastora, tal y como Molina Fajardo rememoraba ("... llegó un disco suyo con cantos a estilo de la Niña de los Peines..."). En la Chufla Gitana (Pasaíto por la calle Nueva.... / Y a las mujeres...) vuelve a realizar gran parte del repertorio del jerezano.

Evidentemente, esos discos fueron especialmente distribuídos en Sudamérica ("... desde Brasil llegó un disco suyo..."). Destaca el autor que al regresar de América estuvo empleado en el Último Ventorrillo, local en el camino de Huétor Vega, de larga trayectoria flamenca (riñas incluídas) y con ilustres visitantes (García Lorca, Gallego Burín, Fernández Montesinos, Rosales...). Encaja perfectamente la época de su regreso a España con el periodo que dicho local se mantuvo abierto al público.

Para rematar esta cuestión, de los dos discos que se hallan en mi colección, en el más conocido aparece identificado el intérprete en la etiqueta como Niño de Granda (sic):



Pero la clave está en el segundo:



Aunque la segunda inicial es un R en vez de una M (recordemos que las productoras no eran infalibles a la hora de etiquetar los discos), el dato que más resalta la casa grabadora es el segundo apellido (Camacho), precisamente con el que era conocido en Granada en los ambientes flamencos. Además, indica que las sesiones de grabación fueron correlativas (observen los dos números de matriz: 57404 y 57405), y nos aporta el nombre del guitarrista, Julio Ballestero (¿Ballesteros?), el cual participó en toda la serie.

Ante la acumulación de indicios, todo parece indicar que este A. R. Camacho que registró varios cantes en Argentina (los no grabados por Miguel Lopez), fue Antonio Martínez Camacho El Camacho.

Para finalizar, una obviedad y una curiosidad.
El camino de la investigación está jalonado de aciertos y errores, siempre al albur de nuevos descubrimientos, por lo que estaremos atentos a cualquier novedad que surja en torno a este tema.
La curiosidad estriba en que los dos niños de Granada que impresionaron discos, de generaciones bien distintas, y con dispares trayectorias artísticas, compartieron escenario en su tierra:

Cartel extraído del libro La Ópera Flamenca en Granada, del desaparecido José Guardia Rodríguez.

Tan lejos, y tan cerca.

martes, 6 de noviembre de 2012

Pasemos un día en París con Tórtola Valencia

Tórtola Valencia. Óleo de Julio Vila y Prades.

Carmen Tórtola Valencia ha sido, sin ningún género de dudas, una de las máximas figuras del baile español. Hace justo un siglo, se hallaba la artista trabajando en París, donde fue a visitarla el periodista Javier Bueno, de la revista Por esos mundos. En noviembre de 1912 se publicó esta interviú, sin desperdicio alguno, que la disfruten.



lunes, 5 de noviembre de 2012

Recordando a La Niña de la Puebla

Preciosa imagen de la artista, lista para viajar a provincias. Diego González Ragel (Archivo Ragel)

Que Dolores Jiménez Alcántara ha sido una de las más grandes cantaoras que ha habido, es algo que nadie en su sano juicio puede discutir, más allá de los gustos particulares de cada uno. Una artista que tuvo un éxito de público tan prolongado, que poseía un amplio conocimiento del repertorio flamenco y que reunía unas condiciones de voz tan fabulosas, debería tener un sitio preeminente en el olimpo flamenco. Y no nos engañemos, qué poquitos se acuerdan hoy de ella.

Vamos a escucharla en esta grabación extraída de un disco Parlophon con el acompañamiento de ese genio de la guitarra llamado Sabicas: