miércoles, 5 de diciembre de 2012

Fusión flamenca: cosecha del 32

La (hoy) tan traída y llevada fusión flamenca nos acompaña desde el orígen de los tiempos: desde los géneros más o menos afines que se reinterpretaron en clave flamenca (y se incorporaron al repertorio), hasta técnicas interpretativas propias de otras disciplinas, pasando por instrumentos ajenos a nuestra música.

Colección Carlos Martín Ballester

Un ejemplo de esto último es el desenfadado experimento flamenco que se marcaron para la casa Odeon en 1932 el cantaor madrileño Angelillo:


... y el saxofonista Aquilino, también conocido como El Negro Aquilino o El Saxofón Humano. Nada menos.

4 comentarios:

  1. La vuelta obligada a las cavernas de los 'bienintencionados' Demófilo-Falla-Molina acabó anulando la música instrumental flamenca. Estoy convencido que hubiera seguido los pasos del jazz, de Duke a Quincy Jones, instrumentando a lo flamenco. Desde que el Sextett retomó la senda parece que se abrió la veda a los instrumentos con el flamenco. Ya sabes que la fusión en la esencia de la música, desde los tiempos más remotos. La marca es puro márketing y poco más. Un abrazo y gracias por estos recuerdos al gran Vallejo.

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    1. Gracias a tí por comentar, amigo Faustino. En efecto, no sabemos el desarrollo que pudo haber tenido la instrumentación flamenca. Respecto al acompañamiento al cante, y teniendo a la guitarra como el instrumento más propio, no desprecio ninguna otra posibilidad: me importa más que el acompañante esté empastado con el cantaor, que conozca el cante, que no yerre en los tonos, que no entorpezca... "que sepa acompañar", en definitiva. Será que he oído demasiadas grabaciones flamencas de categoría con acompañamiento de piano u orquesta, por lo que estoy curado de fanatismos.

      Un abrazo.

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  2. Hola Carlos, Faustino... Pienso que la clave está en el cante. Una clásica media granaína (o cualquier otro cante) siempre será precisamente eso, se cante a piano, a guitarra, a gaita, a palo seco o lo que sea. No hay nada fusionado porque el carácter del cante queda intacto. Esto es muy diferente a cuando un cantaor emplea, por ejemplo, el compás del cante para meter sus canciones originales sin reflejar la música o la estructura de ningún cante. Para mí, es cuando el flamenco deja de estar presente, o al menos hasta ahora ha sido el resultado que vengo observando.

    Es como una paella....puedes meter cualquier tipo de carne o marisco, y casi cualquier verdura, hay infinidad de versiones, sigue siendo paella. Pero si quitas el arroz…….

    Estela......besos

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    1. Hola Estela, qué alegría verte por aquí. Fundamentalmente estoy de acuerdo en lo que comentas de que hoy la clave está en el cante a la hora de "fusionarse": es evidente cuando un cante flamenco, digamos, reconocido, canónico, es acompañado por algún instrumento poco convencional. Pero ¿qué sucede cuando era el propio cante el que estaba en proceso de formación a base de "contaminarse"? Esta circunstancia no nos ha tocado vivirla, pero a finales del XIX y principios del XX, el género ardía.

      Otra cuestión que no debe perderse de vista es que a lo largo de la historia, en general, los artistas que daban ese salto al vacío en busca de nuevas sonoridades flamencas, (habitualmente) eran los alumnos más aventajados. Y el resto iban detrás.

      Un abrazo.

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