Lo mismo se lían a tiros los clientes...
El Día, 17 de enero de 1900
El Día, 10 de noviembre de 1900
El Imparcial, 15 de enero de 1902
El Siglo Futuro, 24 de abril de 1882
En Madrid se han sucedido varios proyectos flamencos muy interesantes, uno de los últimos y más destacados fue el de la Sala Juglar, en la que mi amigo José Luis Gálvez llevó a cabo una programación sobresaliente. A pesar de todos los esfuerzos realizados, al cabo de unos pocos años tuvieron que suspender las actuaciones.
A día de hoy, un grupo de amigos estamos inmersos en un tipo de proyecto que difiere en algunos aspectos del concepto más tradicional de peña flamenca. Los artistas que pasan por su escenario son de primerísimo nivel, se hacen presentaciones de libros y conferencias, se editan grabaciones de lo acontecido... pero aún así, nos hemos acostumbrado a vivir en la incertidumbre por culpa de la escasa implicación del aficionado madrileño.
Carlos, cuando calificas a la afición madrileña de indolente, renuente y de poco implicada creo que te quedas corto, yo añadiría calificativos más fuertes. Si los aficionados madrileños supieran degustar el flamenco de raiz, y no solo el mediático, proyectos como el del Juglar todavía estaría vigente. A los hechos me remito:
ResponderEliminarLa programación se desarrolló desde octubre de 2002 a enero de 2010 a base de un recital mensual, se hicieron 80 recitales, por cierto ampliamente publicitados y a precios razonables.
El 78% de los artistas fueron jerezanos, escogidos entre los mas significativo de esa bendita tierra.
El restante 22% lo constituyeron artistas no menos significativos de tierras cantaoras como Cádiz, Utrera, Málaga, Badajoz, Algeciras, Puerto de Santa María, Chiclana y el mismo Madrid.
El 13% de los recitales estuvieron protagonizados por cantaoras escogidas de Jerez, Cádiz, Málaga, Utrera y el puerto de Santa María.
Pues bien, solo en un 50% de los conciertos se cubrieron gastos, en el resto las ganacias fueron muy escasas.
Creo que al dueño del Juglar, Javier Guerra, la afición madrileña (si fuera agradecida) le debe el reconocimiento de haber mantenido una programación como la descrita durante practicamente 8 años.
Todavía me parece imposible que en Madrid no hubiera 50 aficionados al mes dispuestos a escuchar cante raiz, sin aditivos espureos.
Y que conste que esto sigue ocurriendo ahora
Así es, Gálvez, la afición (que existe), en los últimos tiempos desprecia un tipo de ambiente donde se pueda disfrutar del cante en un clima de proximidad, sin amplificación de sonido y con un contacto directo (y respetuoso) con el artista.
EliminarCon lo que ha sido Madrid...
Carlos, permiteme que corrija el parrafo sexto pues no acerté a decir lo que quería, debería haber escrito:
ResponderEliminar"Por bien, solo en el 50% de los recitales simplemente se cubrieron gastos, en el resto hubo pérdidas a menudo importantes"
Gracias
Bien hecha la aclaración, aunque creo que se entendía en el contexto, más aún los que conocemos el "paño" en Madrid.
EliminarUn abrazo, amigo.