sábado, 25 de mayo de 2013

Lola la Flamenca: retazos de una vida

Qué poquito sabemos de Lola la Flamenca, cantaora y bailaora de finales del XIX y principios del XX, que cuenta con suficientes méritos como para ser recordada y reivindicada. El DEIF ni la menciona, y su presencia es prácticamente nula en el resto de tratados flamencos. Dos de sus logros más destacados, a mi juicio, son su larga carrera al lado del genial Faíco y el haber grabado una serie de cilindros de fonógrafo en el estudio de Edison, comercializados en 1909.


Como bailarina española, la encontramos en el año 1908 junto a Faíco, formando parte del elenco del musical Miss Inocence, estrenado en el New York Theatre y producido por Florenz Ziegfeld. Con su presencia (y la de otros artistas) se pretendía reproducir la atmósfera parisina de los restaurantes y cafés.


Al año siguiente nos enteramos de su regreso de Estados Unidos gracias a una deliciosa crónica de José Juan Cadenas, personaje donde los haya, que era el corresponsal en París del diario ABC.


Qué maravilla de fin de fiesta: el guitarrista Amalio Cuenca (auténtico pionero en cuestiones fonográficas) acompañando a la bailaora despiporrante Lola la Flamenca, que derrochando arte se arrancó por tanguillos del Tío de la Tiza. Y siempre con la presencia de Faíco, ese trianero genial, personaje sobre el que giró muchos de los acontecimientos flamencos parisinos.


Su estancia a orillas del Sena se prolonga, esta vez será Cristóbal Botella, periodista, diputado, abogado y diplomático, quien nos da razón de su paradero, bajo el seudónimo Juan de Becon:


De nuevo será José Juan Cadenas quien da cuenta de las peripecias de esta troupe flamenca, atención al hilarante diálogo que mantiene con Amalio Cuenca:


Entre bromas y veras, conocemos algunos detalles de esa prolongada gira: Nueva York, Alemania, Inglaterra y finalmente, París.

Una de las actuaciones más sonadas fue la que llevaron a cabo en el estudio del pintor español Juan Sala...


(¿Gaditana nuestra Lola? Otras fuentes apuntan a que nació en Sevilla...)

El caso es que el resultado artístico de la sección flamenca debió ser un éxito, porque a pesar del elenco variado y numeroso, el cronista destaca especialmente a Lola la Flamenca y una desconocida Lola la Gaditana:


Pero esta larguísima gira internacional tocó a su fin. En 1914 la encontramos, junto a Faíco, en el Kursaal Central sevillano:


Y al poco tiempo, se trasladó al vecino Salón Imperial, donde finalizan contrato a comienzos de 1915:


Comentaba al comienzo que uno de los grandes hitos en la carrera de Lola la Flamenca fue el haber impresionado varios cilindros para la casa Edison. En ellos registró los siguientes cantes: Tango de los Lunares, Tangos Flamencos "Los Anticuarios", Sevillanas, Tonadas de Reverte, Guajiras, Tientos flamencos y Fandanguillos de Triana.

En la página de The City of London Phonograph & Gramophone Society dedican una breve reseña a nuestra artista, y se pueden escuchar las guajiras. A continuación se pueden escuchar también unas soleares por Amalio Cuenca.

Los Tientos los podemos escuchar en la página The Machine Whisperer.

Continuará...

domingo, 5 de mayo de 2013

Antonio Revuelta, cantaor y empresario


Antonio Revuelta es uno de esos cantaores semidesconocidos que desarrolló su carrera a finales del XIX y principios del XX, a pesar de contar con una serie de valores que lo hacen merecedor de una mayor atención.

Por un lado, contó en su época con la admiración generalizada de gran parte de la afición madrileña, compañeros suyos incluidos. Otro factor destacable son sus formas cantaoras: voz poderosa, de extenso recorrido y pocos alivios, con una solemnidad que enlaza estéticamente con Juan Breva o Diego Bermúdez El Tenazas, por citar un par de ejemplos. Ha de destacarse también que contamos con algunos testimonios de su arte, dado que Antonio impresionó en 1908 para la casa Zonophone tres placas monofaciales, conteniendo (por orden cronológico) soleares, malagueñas y farruca. Con anterioridad registró en Madrid una serie de cilindros de cera para el Gabinete Fonográfico de José Navarro.

Además de cantaor, este interesante personaje dirigió algunos cuadros flamencos en la capital y desarrolló cierta actividad empresarial:


No estaba mal surtío el bache, habría que escucharlo entonándose por soleares añejas para deleite de los parroquianos: